Es ya una costumbre...
Una costumbre en que la brisa del mar, revuelva mis cabellos y desaparezca de manera fugaz...
Esa brisa que no podemos retener a pesar de anhelarla tener, ese soplo de aire que deseamos conservar pero que irremediablemente se tiene que evaporar.
Ya no sé cuantos días llevo viajando cruzando la mar, pero en mis abundantes ratos de soledad intento detener estas brisas, que se queden a mi vera para que me hagan compañía.
Imposible.
Me pregunto si hay alguien nacido para mí..
De esos amores que matan o que son felices hasta el fin.
Me pregunto si alguien soportaría esta vida donde los atardeceres marcan los días, y las noches marcan el neuvo camino a seguir. Alguien que soportara mi mal humor, mis ironías y sarcasmos, mis ganas de reír, mis ansias de llorar, mis anhelos y esperanzas...
Alguien que se parezca a esas brisas al pasar...
Sólo alguien que me ame, y que a mi lado se quiera quedar...
Para no abandonarme jamás...
Y durante toda la eternidad, abrazados, los 7 mares surcar...
jueves, 26 de febrero de 2009
lunes, 23 de febrero de 2009
Brillar
Recuerdos lejanos que parecen retazos de un sueño dorado del ayer...
¿Cuándo nuestro alrededor, nuestros seres queridos, nuestras costumbres y nosotros mismos comenzamos a volvernos recuerdos que se funde con el mar en un continuo danzar?
En tierra aprendí que no se valora lo que se tiene al lado, lo que ha venido a nosotros, pues pensamos que siempre va a estar ahí, como una planta inerte que no se mueve de su lugar, entre tanta vegetación de selva...
Sin embargo, cuando uno vive la vida del pirata solitario, cuyos únicos amigos verdaderos son el mar y el viento, se da cuenta de que esas costumbres y esas personas son la verdadera luz de la vida, son las ganas de levantarse cada mañana, son las sonrisas diarias... y que no todo debe perder su luz simplemente porque llegó otra persona más brillante... pues siempre nos puede fallar y apagarse...
¿Por qué valorar más el último rayo del sol que el primero? ¿Por que el cielo en su rojizo grito final lo enmarca con su aura de soledad?
¿Por qué valorar la nueva ola que rompe el casco de neustro barco, y no valorar todas las que hemos roto atrás?
Cuando veo a esas gentes sin bajarme de mi cubierta, me doy cuenta de que no miran a sus laterales más próximos, donde quizá estén las personas realmente importantes... sino que miran al frente, al futuro, a ese objeto más brillante por reflejar ese desconocido y último rayo del sol...
Hay que tener presente el rumbo a seguir, hay que tener presente nuestro barco, nosotros mismos y su esado para navegar...
Pero mucho más importante que todo eso, son esas personas que siempre han estado en nuestro caminar, de las que no nos debemos separar jamás o se perderá ese brillo acostumbrado que tenemos en nuestra vida...
Mirar a vuestro alrededor, y demostrar cada día que esa luz que irradian y os baña os acompañará toda la vida... No os dejéis seducir por brillos extraños porque pueden resultar ser la más absoluta de las oscuridades...
Pensad primero en ellos...y luego en la novedad...
Os lo dice un viejo lobo de mar...
¿Cuándo nuestro alrededor, nuestros seres queridos, nuestras costumbres y nosotros mismos comenzamos a volvernos recuerdos que se funde con el mar en un continuo danzar?
En tierra aprendí que no se valora lo que se tiene al lado, lo que ha venido a nosotros, pues pensamos que siempre va a estar ahí, como una planta inerte que no se mueve de su lugar, entre tanta vegetación de selva...
Sin embargo, cuando uno vive la vida del pirata solitario, cuyos únicos amigos verdaderos son el mar y el viento, se da cuenta de que esas costumbres y esas personas son la verdadera luz de la vida, son las ganas de levantarse cada mañana, son las sonrisas diarias... y que no todo debe perder su luz simplemente porque llegó otra persona más brillante... pues siempre nos puede fallar y apagarse...
¿Por qué valorar más el último rayo del sol que el primero? ¿Por que el cielo en su rojizo grito final lo enmarca con su aura de soledad?
¿Por qué valorar la nueva ola que rompe el casco de neustro barco, y no valorar todas las que hemos roto atrás?
Cuando veo a esas gentes sin bajarme de mi cubierta, me doy cuenta de que no miran a sus laterales más próximos, donde quizá estén las personas realmente importantes... sino que miran al frente, al futuro, a ese objeto más brillante por reflejar ese desconocido y último rayo del sol...
Hay que tener presente el rumbo a seguir, hay que tener presente nuestro barco, nosotros mismos y su esado para navegar...
Pero mucho más importante que todo eso, son esas personas que siempre han estado en nuestro caminar, de las que no nos debemos separar jamás o se perderá ese brillo acostumbrado que tenemos en nuestra vida...
Mirar a vuestro alrededor, y demostrar cada día que esa luz que irradian y os baña os acompañará toda la vida... No os dejéis seducir por brillos extraños porque pueden resultar ser la más absoluta de las oscuridades...
Pensad primero en ellos...y luego en la novedad...
Os lo dice un viejo lobo de mar...
martes, 27 de enero de 2009
Bailando
La música de la naturaleza es la mejor que hay.
Los sonidos que tejen las hojas, los árboles, las flores, las olas al chocar entre si, formando melodías que llevo escuchando desde que nací.
El sonido del casco romper las olas, atravesando el mar, es el sonido de la pura y más absoluta libertad.
El baile de los delfines con el mar, moviendose acordes a las olas en la melodía de la brisa salada. Con el ritmo del agua en las venas de aquellos seres que nacieron para ser libres sin tener las limitaciones de los que viven en tierra.
Mientras atardece, los delfines bailan al son del crepúsculo, en solitario o en parejas, tejiendo un hermoso cuadro que alegra mis días y enamora mi mirada.
En el ayer bailaron, en el hoy danzaron y en el mañana... ¿quién sabrá?
Bailarán alrededor de ese barco en el que estoy, con la eterna melodía del mar, con el eterno ritmo de la brisa.
Siempre a mi alrededor...
Los sonidos que tejen las hojas, los árboles, las flores, las olas al chocar entre si, formando melodías que llevo escuchando desde que nací.
El sonido del casco romper las olas, atravesando el mar, es el sonido de la pura y más absoluta libertad.
El baile de los delfines con el mar, moviendose acordes a las olas en la melodía de la brisa salada. Con el ritmo del agua en las venas de aquellos seres que nacieron para ser libres sin tener las limitaciones de los que viven en tierra.
Mientras atardece, los delfines bailan al son del crepúsculo, en solitario o en parejas, tejiendo un hermoso cuadro que alegra mis días y enamora mi mirada.
En el ayer bailaron, en el hoy danzaron y en el mañana... ¿quién sabrá?
Bailarán alrededor de ese barco en el que estoy, con la eterna melodía del mar, con el eterno ritmo de la brisa.
Siempre a mi alrededor...
lunes, 19 de enero de 2009
Sueño
Otro día más en mi navegar.
Aún no amanece, el viento comienza a soplar empujando mi barco a través del oscuro océano, que se abre ante mí en todas direcciones.
No puedo dormir, permanezco mirando como el cielo comienza a aclararse.
Esta noche tuve un sueño.
Soñé que nunca surqué el mar, soñé que nunca dejé aquella casita en la costa donde solía habitar. Soñé con fina arena, con escarpadas rocas. Soñé con un mercado, con fruta y con pescado. Soñé con una taberna a cuyos clientes les corría alcohol por las venas.
Soñé con un rostro de pália tez, ojos aceituna y cabellos del color del atardecer. Soñé con sus labios carnosos, curvados en una sonrisa. Soñé con un vestido blanco que cubría tu cuerpo, soñé con el recuerdo de un verano que hacía años pasé.
Soñé que soñaba que todo aquello era mío, soñé que soñaba que tenía una vida en tierra.
El sol irrumpe en el cielo volviéndo más claro el basto océano.
Soñé que soñaba que en tierra me quedé.
Pero gracias al mar... me desperté...
Aún no amanece, el viento comienza a soplar empujando mi barco a través del oscuro océano, que se abre ante mí en todas direcciones.
No puedo dormir, permanezco mirando como el cielo comienza a aclararse.
Esta noche tuve un sueño.
Soñé que nunca surqué el mar, soñé que nunca dejé aquella casita en la costa donde solía habitar. Soñé con fina arena, con escarpadas rocas. Soñé con un mercado, con fruta y con pescado. Soñé con una taberna a cuyos clientes les corría alcohol por las venas.
Soñé con un rostro de pália tez, ojos aceituna y cabellos del color del atardecer. Soñé con sus labios carnosos, curvados en una sonrisa. Soñé con un vestido blanco que cubría tu cuerpo, soñé con el recuerdo de un verano que hacía años pasé.
Soñé que soñaba que todo aquello era mío, soñé que soñaba que tenía una vida en tierra.
El sol irrumpe en el cielo volviéndo más claro el basto océano.
Soñé que soñaba que en tierra me quedé.
Pero gracias al mar... me desperté...
viernes, 9 de enero de 2009
Nuevo destino
Soplaba el viento del norte, frío pero ligero, sin demasiada fuerza. La suficiente para hacerme navegar entre aquellos océanos de nubes que me llevaban a mi nuevo destino.
Nuevo año. Nuevo destino. Nuevo tesoro. Nuevo paraíso.
Las estrellas auguran buenos sucesos, y las olas rompen en bramidos temblorosos.
Tras dejar atrás la isla, sumergo mi vista en el horizonte coronado por el cielo dorado del crepúsculo, despedid del viejo año, abrazo de bienvenida del nuevo.
¿Qué aventuras aguardan a esta alma navegante y sedienta de poder contar historias?
Diviso algo en la lejanía, amanece un nuevo día y vislumbro la primera porción de tierra.
Primer destino.
Primera aventura.
Entre las olas me aproximo.
Por la dirección del viento me guío.
Me acompaña el corazón de la mar.
Nuevo año. Nuevo destino. Nuevo tesoro. Nuevo paraíso.
Las estrellas auguran buenos sucesos, y las olas rompen en bramidos temblorosos.
Tras dejar atrás la isla, sumergo mi vista en el horizonte coronado por el cielo dorado del crepúsculo, despedid del viejo año, abrazo de bienvenida del nuevo.
¿Qué aventuras aguardan a esta alma navegante y sedienta de poder contar historias?
Diviso algo en la lejanía, amanece un nuevo día y vislumbro la primera porción de tierra.
Primer destino.
Primera aventura.
Entre las olas me aproximo.
Por la dirección del viento me guío.
Me acompaña el corazón de la mar.
sábado, 27 de diciembre de 2008
Alma perdida
¿Dónde estás?¿Por qué no puedo verte?Se perdió en la oscuridad, lo que yo guardaba dentro de mí, mi alma de cristal se rompio en fragmentos bañados en lágrimas de sal.Se perdió en una palabra, se perdió en una discusión, se perdió en el anhelo de tener tu corazón.Se perdió en el norte, se perdería en el sur, se perdió durante el día cuando se apagaron los rayos de luz.Te echo de menos, te necesito a mi lado, necesito volver a tener m tesoro más preciado.Te busco y no te encuentro, tu aroma se perdió en un rincón mientras el hielo del invierno mi corazón congeló.Se perdió en la oscuridad, lo que yo guardaba dentro de mí, mi alma de cristal se rompió en fragmentos bañados en lágrimas de sal.Se perdió mi alma...tras largos años de aguantar... se perdió mi alma...cansada de por nada luchar...Si algún día la encuentras, abandonala en algún lugar pues no la quiero recobrar puesto que así, ya nunca volveré a llorar...
martes, 23 de diciembre de 2008
La soledad, mi compañera...
Y sigo navegando incansable, mientras miro hacia el anochecer y me recuerdo aquella vez en que la sirena de la soledad se cruzó en mi camino.
Y recuerdo los sueños de un hogar en tierra firme, mientras veía las olas danzar bajo mis pies, cuando la arena acariciaba y entre mis dedos de esfumaba.
Porque la vida del pirata es la vida mejor, porque estas en soledad con tu corazón.
Porque no debes cuentas a nadie, porque eres libre de tomar cualquier dirección.
Cuando el deseo y la realidad chocan entre sí, quedan pedacitos de tus sueños que resultaron ser una fantasía del ayer.
Mi amada musa, la soledad, mi miedo terrible y a la vez mi refugio anhelado, ¿hasta cuando estarás a mi vera surcando mares, colinas y cordilleras?
El viento no cesa, y nunca dejaré de viajar, pues más vale soledad a tu lado...
que un corazón por el que llorar...
Y recuerdo los sueños de un hogar en tierra firme, mientras veía las olas danzar bajo mis pies, cuando la arena acariciaba y entre mis dedos de esfumaba.
Porque la vida del pirata es la vida mejor, porque estas en soledad con tu corazón.
Porque no debes cuentas a nadie, porque eres libre de tomar cualquier dirección.
Cuando el deseo y la realidad chocan entre sí, quedan pedacitos de tus sueños que resultaron ser una fantasía del ayer.
Mi amada musa, la soledad, mi miedo terrible y a la vez mi refugio anhelado, ¿hasta cuando estarás a mi vera surcando mares, colinas y cordilleras?
El viento no cesa, y nunca dejaré de viajar, pues más vale soledad a tu lado...
que un corazón por el que llorar...
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