martes, 2 de junio de 2009

Sal

Lágrimas saladas símbolo de soledad...
Surcos transparentes cargados de verdad, que no se pueden ocultar.
Pequeñas y suaves gotas que van a fundirde con el mar, descargando su rabia y tristeza, ahogándose en bramido, en su tempestad.
Velamen rasgado y mástiles astillados, lucha incesante por el dominio del ser. ¿Quién sino sobrevive con lucha interna entre el corazón y la razón? Cuando el mar nos acaricia los pies en la arena, cuando estamos en la orilla y deseamos nadar. Cuando estamos sobre un barco y tierra anhelamos volver a pisar. ¿Qué decisión hay que tomar?
Cuando las candelas se apagan por el viento del norte, cuando los cabos rozan en cubierta sin nadie que los amarre, cuando el bauprés sigue erguido sin descanso, sin dolor. Solo adelante.
El timón gira y gira lentamente, no tiene ninguna dirección para guiar a ese barco solitario que solo quiere su perdición. Y atraviesa mares, océanos y tempestades y sigue...adelante...
Sal del mar, sal de las olas... sal de las lágrimas que no vienen solas... Pues el ventoso llanto se hace escuchar, caminando macabramente sobre las corrientes del mar.
Barco fantasmal, donde la sal nada deja crecer. Donde la sal no le deja perecer. Sigue sin rumbo, siempre adelante. Asume tu vagar, sólo posees una única certeza.
Nadie en ningún puerto te espera...

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