viernes, 31 de julio de 2009

Soledad

Soledad...
Odio y quiero esa palabra al mismo tiempo. Le estoy agradecida porque en el comienzo de mi vida me ayudó a sobrevivir... La apuñalaría porque en la actualidad de mi vida lo único que quiero por su causa es morirme... y descansar en la oscuridad eterna.
No consigo respirar ni tomar aire cuando quiero contaroslo... No consigo las fuerzas para admitir que estoy en el fondo del pozo... No puedo hacerlo...
Tengo que seguir adelante, ser fuerte, ignorar a todo el mundo, ser la amiga perfecta....
Pero mi coraza es de piedra, y como tal puede agrietarse si es golpeada durante demasiado tiempo.
Tantos insultos, tantas expresiones hirientes, tantas mentiras, tantas discusiones...
Tantos perdones, tantos abrazos, tantos consuelos, tantas miradas cómplices...
Ya no sé cuando una frase de consuelo esconde detrás una gran acusación, ni cuando un juramento de palabra de honor es una innecesaria mentira...
No estoy segura de nada ahora salvo de este sentimiento de soledad que no me deja vivir, ni reír de corazón.
¿Cuántas noches llevo acostándome pensando que mañana será otro día en que me voy a sentir igual? ¿Hace cuántas noches que no me acuesto libre de preocupaciones? ¿Hace cuántas noches que lloro en mi almohada o asomada a la ventana viendo el cielo negro?
Familia, amigos, amor, lugares...
Todos son interferencias grises... nada es verdad. Si lo fuera no se quebraría al momento sin venir a cuento... Si lo fuera a pesar de todo seguiría igual que siempre y no se moriría lentamente... Si lo fuera me sentiría tranquila y sentiría que no todo a mi alrededor es una mentira.
¿Cuándo esa amiga loca y pervertida, con la que nunca hablabas de tí y tus sentimientos...se tranformó en una máquina de crueldad y acusaciones por algo que no entendía?
¿Cuándo esa hermana por la que sacrificaste muchas cosas... te mintió por autoprotegerse y seguir sintiéndose contenta consigo y con su grupo en el que yo ya no estaba?
¿Cuándo quien te echaba de menos y deseaba tu reflejo en sus ojos tener... te comenzó a tratar como una más, sin gestos de vuestra antigua amistad?
¿Cuándo ese deseo de estar con tu familia como cuando eras una niña pequeña... se tranformó en el deseo de volver a estar sola en esa habitación desconocida?
¿Cuándo la alegría y vitalidad que todo el mundo vio en mis ojos al nacer... se volvió desconfianza, temor, miedo y dolor?
No soy un ángel caído del cielo en misión de paz... soy el ángel de alas cortadas que fue seducida por la oscuridad y que ahora sólo quiere sentirse como los demás...
Sólo quiero sentirme amiga, hija, novia... querida, especial, única y viva...
Tener la libertad de ser borde si estoy cabreada, de reírme sin razón si tengo el día tonto, de llorar y gritar si algo me ha salido mal, de criticar si algo me parece mal... No quiero tener que seguir examinando cada palabra que le digo a cada persona de mi alrededor... No quiero volver a ser acusada de cosas horribles por una mala expresión... No quiero más mentiras por una preocupación... No quiero más gritos ni insultos por sólo un problema querer evitar....
No puedo más... quiero correr desnuda y mezclarme con el mar... no quiero sentir más... Esconder mis sentimientos en una caja de cristal y romperla en mil pedazos imposibles de juntar...
Una llamada cuándo menos la esperas que te hace nacer la alegría en tu corazón... un abrazo sin palabras que aleja la tristeza momentánea... Una foto en poses estúpidas de un día sólo de amistad... Una partida a la play riéndono de la poca inteligencia de nuestra propia sangre...
Soy el ángel sin alas ni aureola, el demonio sin cuernos y tridente, la sirena sin hermosa voz, la dibujante sin colores, la escritora sin papel, la amiga sin amigos, la hija sin familia y la novia del sinamor.
Antes podía seguir volando, seguir pinchando, seguir cantando, seguir coloreando, seguir escribiendo, seguir hablando con la nada, seguir cuidando a nadie y seguir queriéndo a alguien que nunca llegó.
Pero ya no puedo... ahora sí que no puedo...
Sólo hay dos cosas que a día de hoy conseguiré mantener durante toda mi vida.
Llorar...y fingir felicidad...

miércoles, 15 de julio de 2009

Pérdida

Navegar solo en un barco por el ancho mar de los cielos es complicado...
Especialmente cando te encuentras de sopetón una terrible tempestad que no te deja tiempo para respirar, descansar o gritar. Te envuelve y te desata los nervios de acero, volviéndote débil, de gelatina, de brisa débil como un pequeño pez en una terrible marejada.
Corres a contrarreloj para que tu barco resista, vigilando todos los detalles para poder llegar a buen puerto, amarrando todos los cabos sueltos, vigilando el velamente...
Pero la incesante tormenta te hace tambalear....y siempre hay algo que se te pasa por alto... que piensas en ello unos segundos y luego confías en que le prestaste la suficiente atención...
Pero ese cabo que tú cuidaste mil veces... se te ha pasado por alto en un momento dado...
Lo que conlleva a que la tormenta golpee con violencia la zona que no aseguraste de tu barco...
El cabo se desata...se rompe...
Y con él se va una parte del barco...
Ha sido un descuido...
Pero un descuido fatal...

viernes, 3 de julio de 2009

MoonLight Shadow

La quietud de la noche se ve interrumpida por las lejanas caricias de las olas del mar y el incesante rasguido del velamen empujado por la leve brisa nocturna.
Lejos de la comodidad de mi camarote, más tranquilo me puedo sentir arriba del todo del mástil central. En la cofa del vigía.
Hay luna menguante... Menguante como mi alegría y mi espíritu presente.
Brilla desafiando a la oscuridad de la noche que lo cubre todo con su manto, el océano y el horizonte.
Pero su luz no consigue bañarme pues hace ya tiempo que no puedo mirar a la dama plateada sin que sienta ese frío helador en su presencia.
La sombra de la luna.
Donde hay luz, hay sombra.
Y yo me oculto allí, en la sombra que da la luz de esa triste y hermosa luna. Quiero que su luz me bañe, quiero brillar tanto o más que ella, ser tan especial y que todo el mundo se sienta tranquilo al mirarme... Pero es imposible para alguien que ha sido condenado a vagar tras la sombra de aquella que promete cuidado y bondad, y que al final te envuelve en su oscuro manto para que ella sólo pueda brillar.
Cuándo fue el momento en que mi barco pasó a navegar por los dominios de la luz de la luna... y cuándo fue el momento en que me encerró en su siniestra sombra eterna...