domingo, 4 de julio de 2010

Recuerdo

Es extraño como a pesar de que apenas hay cambios imperceptibles... Todo es diferente ahora.
Es extraño volver a ver las calles, los locales y las playas donde tan solo hace un año habitaban mis ilusiones i sueños de un futuro más brillante, dejando atrás el miedo y la soledad que durante 19 años me acompañaron.
Y ahora vuelvo aquí, al lugar al que dije un adiós que duraría un mes... y aún perdura sin saber.
Es extraño volver a respirar el mismo aire cálido, agobiante y soñador que una vez alzó mis alas en todo su esplendor, haciéndome sentir especial y viva, por una vez en mi vida. Pude decir que estaba feliz.
Y un año después a pesar de reconocer cada uno de tus recovecos, todo se ve distinto.
Ya no volveré a experimentar nunca esas comidas tras la facultad, riéndonos del pet y pegando pegatinas de sirenas en las agendas. Ya nunca volveremos a soñar con un piso juntas con el platito verde y morado y el gato blanco llamado kid.
Ya nunca volveré a sentirme como en su día me sentí.
Y me asusta, me da miedo y me da rabia. Lágrimas que no detengo ni nunca se secarán. Porque ya nunca el ayer volverá.
Es posible que el futuro sea mejor, lleno de deseos, esperanzas, risas y humor. Pero nunca será el mismo que creí encontrar una vez en aquel sueño de las riveras de mi hogar.
Me cuesta seguir el tiempo, lucho contra la resignación... Peco de sincera, por creer que sólo así se siente mi corazón.
Cuando a veces miro al cielo, creo escuchar aquella frase sincera de la que nunca me podré olvidar.
"Aunque estemos separadas, nos cubre el mismo cielo y las mismas estrellas. Si las miramos, nunca nos sentiremos solas."
Frases que perduran en la mente y en el corazón de quienes nos aferramos a ellas para no caer en la destrucción y materialismo del mundo actual.
¿Es malo sentir pena ante la idea de que haya gente que se resigne a que todo se termine?
¿Es malo luchar por conservar lo que en su día hizo que no decayeramos en las tinieblas de la oscuridad?
Me siento un soldado, solitario ante la batalla que muchos consideran causa perdida. Me siento el estandarte bucólico de sueños de hadas y cuentos del ayer que no quieren ser olvidados...
Me siento la luchadora que muere solitaria ante la tropa fantasmal.
Mañana volveré al sitio donde quiero curar mi enfermedad, al sitio donde los sueños y las ilusiones son más fáciles de dejar atrás. Mañana quizá te diga un hasta luego, y sea un adiós definitivo. Quizá algún día recojamos juntos esos trocitos de sueños de cristal que se quedaron entre la arena de los recuerdos de aquellas playas donde no dejaba de soñar.
Estas últimas horas, las pasaré acunada entre recuerdos de sal, escuchando tu silencioso murmullo y entre lágrimas, queriendo a viejos tiempos regresar.
Perro viejo nunca muere.
Soñadora solitaria... nunca dormirá.

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